Nuestra identidad en confinamiento

COMO NOS PUEDEN AFECTAR LAS RESTRICCIONES SOCIALES EN NUESTRA IDENTIDAD Y HABILIDADES SOCIALES?
¿Te parece que las semanas pasan y no haces nada diferente? ¿Te has dado cuenta de que ya no interactúas con los otros como lo hacías antes? ¿Te sientes que ya no eres tú mismo?
Las restricciones a causa de la pandemia han hecho que nuestra vida social se centre en las personas
con las que tenemos un vínculo más estrecho, más afín y de confianza, fortaleciéndolo.
Nos hemos visto obligados a prescindir de las relaciones sociales periféricas, obligándonos a evitar el
contacto con amigos más «lejanos», personas conocidas o amigos de amigos que nos aportan una
visión más consciente de nuestra identidad y consolidan nuestros principios, creencias y pensamientos.
Estos nos dan la oportunidad de ampliar la propia visión de las cosas y nuestras fronteras, tener
una mente más abierta frente la diversidad, y lo que esta nos puede proporcionar (gran abanico
de opciones, percepciones, visiones y aspiraciones). Sin estas relaciones periféricas nos es difícil
cuestionarnos y nos puede aportar una posible sensación de aislamiento.
Por otra parte, la disminución de nuestra vida social hace que el autocuidado y la autoimagen no tome
tanta importancia ya que a menudo nos arreglamos y cuidamos para ofrecer la mejor versión de nosotros
mismos y obtener una recompensa social. Cuando alguien nos saluda, nos pregunta por nuestra
familia, nuestro trabajo, o nos dice que guapos que estamos, nos reconocen y perciben, y por tanto, nos
recuerdan que «estamos».
La pérdida de la vida social periférica también implica la pérdida de estas pequeñas dosis de
reconocimiento, que, a pesar de pensar a menudo que no son importantes para nosotros, estructura los
nuestros principios más íntimos y nos da libertad para relacionarse con los demás construyendo una
sociedad saludable.
Es importante compartir vivencias y experiencias con los demás por lo que nos aportan, por
a construir recuerdos positivos y enriquecedores, para obtener una visión temporal y evolutiva de uno mismo. al
fin y al cabo, no podemos olvidar que, en pandemia, también somos seres sociales.
Por eso recomendamos:
- Hacer esfuerzos para reconocer los otros (saludando, ofreciendo ayuda para pequeñas cosas, etc.)
- Tener presente el entorno periférico aunque sea telemáticamente.
- Dedicar tiempo a uno mismo: cuidándose, mimándose.
- Disfrutar de los pequeños momentos.
- Hacer un esfuerzo en encontrar la oportunidad para conseguir obtener una visión diferente de la propia.